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Quiero escribir sobre Ricardo Caruso Lombardi, técnico que casi todos los futboleros sufrimos en algún momento de nuestra vida, ya sea dirigiendo a nuestro equipo, sufriendo algún planteo suyo, indignandonos con alguna declaración o riéndonos de alguna ocurrencia. Es un tipo que despierta amores y odios, y yo no se que pensar.

Desde el punto de vista futbolístico, por un lado se puede hablar de sus planteos extremadamente defensivos y por otro lado de sus hazañas encontrando jugadores desconocidos para el ámbito del fútbol. Sus planteos muchas veces resultan aberrantes para los hinchas (me incluyo en este grupo): no usa laterales que pasen al ataque, si no que usa una defensa con 4 centrales altos que puedan ganar de cabeza en ambas áreas y que no tengan ningún tipo de pudor en reventar la pelota para que un 9 alto la baje. Muy pocas veces, casi nunca, pone en cancha a un enganche, ya que prefiere meter un doble 5 defensivo para apretar al rival cuando ataca (ya que igual, cuando sus equipos atacan, pocas veces la pelota pasa por el mediocampo). Un caso claro, es el del actual Argentinos Juniors, donde no tienen lugar jugadores de buen pie como Gaspar Iñiguez, Facundo Coria, Reinaldo Lenis, Rodrigo Gomez, y juegan tipos como Enrique Triverio. Nobleza obliga, tengo que mencionar su gran visión para rescatar jugadores del ascenso. Algunas veces funciona y otras no, pero ha sabido encontrar a ignotos como Juan Mercier, Martín Morel, Mauro Formica, Julio Buffarini, Gabriel Peñalba, Roman Martinez, Juan Sabia, Cristian Ansaldi, y muchos más.

Sus partidos empiezan en la semana. En cada conferencia de prensa es capaz de insultar, quejarse y calentar cada encuentro de sus equipos. Lo mismo luego de los partidos, ya que casi siempre se queja de los árbitros, o busca algo de lo que agarrarse. De más esta decir, lo mismo ocurre durante los cotejos: cada fallo arbitral desencadena la furia del tano y termina muchas veces con su expulsión y haciendo perder tiempo a su equipo. Por momentos parece que quiere tomar el protagonismo del partido. Estoy seguro que es así.


Sobran las acusaciones en su contra por supuestas irregularidades. Camilo Angulo Villegas, ex jugador de Tigre, contó que RCL le pedía dinero para ponerlo con la primera. Carlos Bueno, tras salvarse del descenso con San Lorenzo, acusó al entrenador de haberse quedado con una gran parte del dinero correspondiente a los premios por la permanencia en primera. "Eran 400 mil y aparecieron 300 mil". Estos temas son inobjetables. Cosas como estas no pueden ocurrir.

Igualmente, algo admiro de él, algo que no se explicar, algo que tiene. Algo tiene para resucitar muertos, ha levantado muchos equipos que estaban al borde del descenso. Supongo que tiene que ver con la parte psicológica. He escuchado algunas charlas técnicas, y cosas que cuentan los jugadores y es un entrenador que trabaja mucho con la cabeza del jugador. Ellos salen a la cancha como si fuera el último partido e intentan comerse crudo al rival. Claro está, la mayoría de las veces que salvó a un equipo y se quedó a dirigir el siguiente torneo, terminó mal: en Quilmes se fue a mitad de torneo, su ciclo en San Lorenzo se terminó por una mezcla de malas relaciones, pésimos resultados y paupérrimo juego de su equipo, y ahora en Argentinos, no tiene el futuro asegurado. Probablemente sea la suma de varios factores. Pero uno muy importante y que es innegable es lo difícil que debe resultar llevar una buena relación con alguien tan conflictivo y tan mediático. Una vez, un profesor hincha de San Lorenzo, me dijo que para su equipo quiere un director técnico, no un payaso. Quizás, Caruso no encuadra en esta definición.

Todos nos lamentamos por el fútbol poco profesional que tenemos en algunos aspectos, por los problemas que tenemos, siendo el más importante la violencia en el fútbol. Yo creo que Ricardo Caruso Lombardi es un tipo que atenta contra el buen desarrollo de nuestro deporte. Un técnico que llama "falopero" a otro (pelea con el Turco Asad), que le hace gestos a un jugador de River por su forma de peinarse, o que simplemente utiliza vocabulario como "a mi Placente me chupa la pija" en conferencias de prensa, genera violencia y me parece que darle la entidad que se le da es una gran pena.

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