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El 30 de junio del 2013 fue la fecha en que Brasil derrotó a España por 3 a 0 en la final de la Copa Confederaciones y demostró que van a luchar por obtener el mundial en su casa. También fue la fecha en que España, después de varios años de abrumador dominio, se sintió débil. La debilidad genera temor ante un rival que ve como Neymarrevalida las credenciales de crack, que va consolidando un grupo de jóvenes jugadores que hace un año parecían que iba a ser humillados en su propio territorio. Ese temor que lleva a Vicente Del Bosque a pedir nacionalizar a un Diego Costa, parece más una estrategia para sacárselo a su rival, evitar que Brasil se refuerce aún más, que una necesidad propia de España.

Del Bosque despreció el puesto de delantero centro en la última Eurocopa sin utilizar ninguno, como si fuera un puesto sin importancia, con Fábregas como “falso 9” en vez de tantos delanteros que puedan ocupar ese puesto. Aún hoy los desprecia, pero no al puesto, sino a sus jugadores. Fernando Torres, Michu, Álvaro Negredo y Roberto Soldado vienen teniendo brillantes temporadas, inclusive mejores que la de Diego Costa, pero nunca entraron en la consideración del entrenador para ganarse el lugar.


Estos nombres no son para nada menos que el brasileño y los números de la temporada pasada así lo demuestran:

Álvaro Negredo (Sevilla): 36PJ 25 goles.
Roberto Soldado (Valencia): 35PJ 24 goles.
Michu (Swansea City): 35PJ 18 goles.
Diego Costa (Atlético Madrid): 31PJ 10 goles.
Fernando Torres (Chelsea): 36PJ 8 goles.

Los números dejan mal parado la insistencia del bigotón por soplarle el jugador al su colega Luiz Felipe Scolari. La edad tampoco es factor ya que Costa es solo 2 años más joven que Michu y 3 que Negredo y Soldado. Desde lo técnico también el brasileño pierde en la comparación ante su rivales que cuentan con más mayor ductilidad a la hora de manejar el balón (Michu y Torres) y de capacidad de anticipo y resolución dentro del área (Negredo y Soldado).


Diego Costa jugará para España en una jugada que hace recordar a la vieja “Furia española” que se sentía menos que los demás que al tren que se llevaba cualquier rival por delante en los últimos años.

Escrito por: Fabio Martín Olive
@FMartinOlivé

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