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Han pasado poco más de tres años de su última vez en la Selección de España, Del Bosque lo había citado para los enfrentamientos que La Roja debía disputar contra Lituania y Escocia, en dos encuentros de clasificación para la Euro 2012. En aquel entonces Bruno Soriano (Artana, Castellón, 1984) despuntaba en el medio del campo del Villarreal auxiliando a talentos de la talla de Marcos Senna o Santi Cazorla. Su refinada zurda repartía buen juego pero su capacidad no lograba ocultar un físico liviano que le pasaba factura a la hora de batallar en la media cancha. 

Hoy Bruno Soriano es un futbolista experimentado, sus 250 partidos en el primer equipo de la ciudad de Castellón lo demuestran. Poco queda del jugador el cual Manuel Pellegrini achacaba cierta fragilidad mental. Ahora es completo, aguerrido, uno de los principales artífices de este presente del Villarreal, que además de estar en puestos de Champions League, machaca a sus rivales sin importar nombre o color de camiseta. Muy mal la pasó el Atlético de Madrid en El Madrigal y peor le fue al Valencia hace un par de jornadas, que cayó por 3 a 1 en el derbi, allí también, en feudos del submarino amarillo fue donde se vio a un Real Madrid aturdido y por momentos desorientado, que si no hubiese sido por Diego López, se hubiera vuelto a la capital española con una sonrojarte derrota en vez de un empate.

Pero ¿qué ha pasado para que este buen jugador sea considerado hoy mismo uno de los cinco mejores mediocentros del fútbol europeo?  Lo cierto es que Bruno dio un paso adelante mentalmente; entendió que si quería llegar a ser un líder competitivo debía sacrificarse más, cambió su plan de entrenamiento dedicando más horas en el gimnasio preparando su cuerpo para combatir en las zonas oscuras del centro del campo, decidió desatender a las jugosas ofertas recibidas por los grandes de Europa para quedarse, de momento, a desarrollar su carrera en el equipo de su provincia, cerca de su pueblo, en donde vive. No obstante supo exigirle a Fernando Roig una mejora en el contrato, precisaba sentirse apreciado a nivel institucional y el presidente del club atendió a su pedido. Valorado por los directivos, cuerpo técnico y seguidores, Bruno aceptó el reto y se transformó en un símbolo para el club.  Supo sufrir la fatídica noche del 13 de mayo del 2011, cuando un gol de Radamel Falcao sobre la hora daba la victoria al Atlético de Madrid condenando al Villarreal, después de 12 años, a pasar una temporada en el infierno. Con el equipo en Segunda, las condiciones deportivas se tornaban propicias para emigrar pero él resolvió permanecer y defender el amarillo, el color de toda su vida. En la categoría de plata, luego de una muy dura primera vuelta, llegó Marcelino al banco del Villarreal y forjó un equipo que terminaría consiguiendo el ascenso, llevando su avasallante juego a la Primera División, donde sigue cosechando éxitos. 

A Bruno le han bastado 13 jornadas para confirmarse como la brújula del cuarto clasificado de la liga española. Omnipresente en el centro del campo, destaca también por participar activamente en las jugadas de ataque donde hace valer su gran visión de juego y sentido de la ubicación para brindar asistencias. Sus números de cara a gol son los normales para un mediocentro defensivo que no está encargado de tirar penales ni faltas directas, sí presenta un altísimo porcentaje en pases correctos (es el sexto de la liga tras Xavi, Trashorras, Dani Alves, Iraola y Busquets) y en recuperaciones de balón (el cuarto detrás de Gurpegi, Fontàs y Musacchio).

Su alto y regular nivel lo han depositado en la mira de todos y sus opciones para regresar a La Roja crecen, de hecho muchos especialistas no conciben que su nombre quede fuera de la convocatoria para el mundial de Brasil 2014. ¿Volverá a llamar Del Bosque al actual caudillo del Villarreal? ¿Lo tendrá en cuenta para afrontar algunos minutos en La Absoluta supliendo a Busquets o Xabi Alonso? Por el bien del fútbol, esperemos que sí. Por lo pronto, este fanático de los coches (Conduce un Ferrari azul), que tiene como ideal de jugador a Xabi Alonso, sigue comiéndose el campo con o sin balón. 

Escrito por: Lucas Rivelli

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