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El titular de la APREVIDE, Oscar Boccalandro, aseguró hoy que ni en el corto ni en el mediano plazo está contemplado que vuelvan los hinchas visitantes a las canchas. "Hoy ni en el corto ni el mediano plazo estamos planteando eso como política oficial en la provincia de Buenos Aires", declaró.

¿Y que se supone? ¡Que esta absurda medida soluciona algo del tema de fondo! ¿Cuántas muertes más son necesarias en el ámbito del fútbol? ¿Cuánta corrupción más debemos soportar? ¿Alguna vez alguien pondrá el ojo en la connivencia de dirigentes, políticos y barras?

Cuando encontramos que nuestra fortaleza ha abdicado y se ha hecho esclava de los hechos, cuando la política solo responde al poder establecido, cuando el arte es el culto a la mediocridad, cuando todo es duda y la ambigüedad la respuesta, cuando existe una profunda separación entre las conductas y las palabras, el pensamiento y la acción se contradicen y se enfrentan, en esta confusión la indiferencia se torna el centro del pensamiento. Cuando se quiere justificar lo que no tiene justificación, es en este caos donde la indiferencia organiza la tranquilidad frente a la injusticiay el atropello.


En esta línea de pensamiento, en su histórica visita a la isla de Lampedusa, el Papa Francisco denunció la "globalización de la indiferencia", que hace que el hombre no se sienta responsable de las muertes. Con esto, el Sumo Pontífice se refería a las muertes de los inmigrantes pero lo que bien vale es su concepto sobre la indiferencia. Hace unos días murieron dos hinchas, barras, o como se le pueda decir, tres horas y media antes del partido amistoso que iban a disputar San Lorenzo y Boca, en una supuesta disputa entre facciones de la barra brava de Boca. Rápidos de reflejos, las autoridades dispusieron la suspensión del partido. ¿Ustedes creen que ocurrirá algo más? En realidad hoy vemos que sí sucedió, se juega sin público visitante. Un dislate, ya que en ese mencionado hecho, el tiroteo fue entre dos facciones de un mismo club. Si ocurre otro tiroteo con “fuego amigo”, ¿Qué harán? ¿Se jugara sin público local? Unos fenómenos.

Seguramente veremos y escucharemos hasta el hartazgo, en los medios de comunicación, las explicaciones de los distintos responsables, los de la Ciudad de Buenos Aires, los del Gobierno Nacional, etc. De todos quienes en sus misiones tienen el deber de impedir que estos asesinatos ocurran, mediante sus organismos de “seguridad e inteligencia”. Si esta gente conoce un poco, sabe que las barras bravas llegan a las inmediaciones de las canchas minutos antes del comienzo de los partidos y no casi cuatro horas antes, esto suena a un ajuste pactado entre delincuentes. Con solo leer en los foros, se hubieran “enterado de esto”, pero en esa connivencia entre delincuentes y el poder, con seguridad alguien liberó la zona.

Me apasiona leer y buscar temática sobre la violencia en el fútbol, sobre lo que otros han hecho para erradicarla. En todos los casos he visto que hay dos condiciones fundamentales para conseguirlo: Decisión y honestidad. Aquí en el país del fútbol para todos, faltan ambas, y día a día el fútbol es una muerte segura para todos. Alguien expreso que la pelota no se mancha, pero en el reino de la AFA la manchan con sangre.

Esto es parte de lo que hicieron en Inglaterra, a partir de 1989, para domesticar a sus “Hooligans”:

 1) La raíz del mal. El Gobierno Británico empezó a combatir las acciones violentas en todos los centros educativos.

2) La ley y el orden. A partir de 1990 se prohibió el ingreso de por vida a los estadios de los hinchas violentos y se estableció la pena de cárcel para los fanáticos que violaran las leyes, entre ellas la prohibición del porte de armas y el consumo de alcohol o drogas en los escenarios deportivos.

3) Comando especial. Agentes especiales se infiltraron en las barras para conocer al detalle a los violentos y su manera de operar. Así lograron crear una lista de 5.000 miembros de las barras bravas a los que les prohibieron el ingreso a los estadios.

4) Club de la pelea. Los 92 equipos profesionales del fútbol inglés crearon sus propios grupos de seguridad, lo que permitió disminuir paulatinamente la presencia de la policía uniformada en los estadios e incluso se eliminaron las mallas y los muros que separaban las tribunas de la cancha. Los clubes instalaron cámaras controladas bajo un circuito cerrado de televisión y un sistema de identificación de hinchas con lectores de huellas dactilares.

5) Asientos para todos. La ley incluía la implementación de asientos personales en todas las tribunas, que permitía la mejor identificación de los hinchas. La Federación Inglesa dio un plazo de nueve años a sus clubes afiliados para que sus escenarios cumplieran con la norma.

6) Puntos bonus. A partir de 1990, el Gobierno Inglés premió a los equipos que fueron adecuándose a las leyes. Les otorgó créditos y propició el acercamiento de las empresas privadas –sobre todo las televisoras– para que patrocinen a los clubes. Los clubes obtuvieron más ingresos para combatir a los delincuentes, contratar mejores jugadores y hacer de la Liga Premier un producto más atractivo. El costo de las entradas se elevó e hicieron del fútbol un espectáculo elitista.

7) Empadronamiento. Con la carnetización de los hinchas se los pudo identificar correctamente para saber si tenían antecedentes. A muchos de ellos se les impidió el ingreso a los estadios.

8) Todos juegan. Tras conocer la identidad de los ‘hooligans’, los bares y los servicios de transporte público no podían permitir el ingreso de esos delincuentes, de lo contrario recibían multas y todo tipo de sanciones.

Escrito por: @chichongo

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