Las goleadas de México y Uruguay ante Nueva Zelanda y Jordania respectivamente en estos partidos de repechaje mundialista van atraen los habituales comentarios sobre el nivel de ciertos equipos que no deberían estar compitiendo. ¿pero porque no? Si el fútbol es el deporte más popular del mundo ¿Por qué hay que cerrarlo a una elite?
Este año se estableció el mismo debate por la participación de Tahití en la Copa Confederaciones, olvidando que la selección oceánica tenía aún más motivos que Italia por haber ganado su confederación. Lo sé, el nivel no es el mismo, los tahitianos eran un grupo de adorables isleños que están a años luz del nivel de profesionalización de los italianos pero su lugar fue ganado meritoriamente.
Querer cercar los torneos solo a países con más historia y nivel es matar el espíritu del fútbol, ese que nos gusta tanto de que son 11 contra 11 dentro de la cancha y cualquier cosa puede pasar. Como en el Mundial 66 cuando Corea del Norte elimino a la bicampeona mundial, Italia, por 2 a 1 y casi logra otro batacazo ante la Portugal de Eusebio al caer 5 a 3 luego de ir 3 a 0 arriba en el marcador. Tomar tambien el ejemplo de Estados Unidos cuando un grupo de futbolistas amateur le ganaron a los inventores del deporte, Inglaterra, por 1 a 0 en el Mundial del 50. En ese momento todos se reían de Estados Unidos, no los tomaban en serio pero dieron el primer paso para el fútbol en su país y hoy nadie duda de que Estados Unidos tiene que estar en un mundial. Seguramente para la selección jordana estos encuentros sirvan de gran experiencia para empezar a tener roce internacional o servir como vidriera de futbolistas, y los más importante, nadie le puede quitar la ilusión y la alegría al pueblo jordano de recibir a una selección de primer nivel como Uruguay.
No solo en selecciones nacionales es la cuestión. El mundial de clubes es cuestionado por aquellos que solo quieren el duelo entre sudamericanos y europeos, olvidándose de que existen otros 4 continentes. Si fuera así nos perderíamos de historias como la del TP Mazembe de Congo que en 2010 elimino al Internacional de Brasil en semifinales para enfrentar al Inter de Italia en la final. Además de que hay poca memoria de parte de los sudamericanos, ya que ese pensamiento elitista lo tenían los europeos cuando no querían jugar la Copa Intercontinental por considerar al fútbol de esta región “inferior”.
El fútbol es el deporte más popular del mundo y es por eso que no hay que permitir que solo los poderosos tengan acaparada la pasión de todos.
Este año se estableció el mismo debate por la participación de Tahití en la Copa Confederaciones, olvidando que la selección oceánica tenía aún más motivos que Italia por haber ganado su confederación. Lo sé, el nivel no es el mismo, los tahitianos eran un grupo de adorables isleños que están a años luz del nivel de profesionalización de los italianos pero su lugar fue ganado meritoriamente.
Querer cercar los torneos solo a países con más historia y nivel es matar el espíritu del fútbol, ese que nos gusta tanto de que son 11 contra 11 dentro de la cancha y cualquier cosa puede pasar. Como en el Mundial 66 cuando Corea del Norte elimino a la bicampeona mundial, Italia, por 2 a 1 y casi logra otro batacazo ante la Portugal de Eusebio al caer 5 a 3 luego de ir 3 a 0 arriba en el marcador. Tomar tambien el ejemplo de Estados Unidos cuando un grupo de futbolistas amateur le ganaron a los inventores del deporte, Inglaterra, por 1 a 0 en el Mundial del 50. En ese momento todos se reían de Estados Unidos, no los tomaban en serio pero dieron el primer paso para el fútbol en su país y hoy nadie duda de que Estados Unidos tiene que estar en un mundial. Seguramente para la selección jordana estos encuentros sirvan de gran experiencia para empezar a tener roce internacional o servir como vidriera de futbolistas, y los más importante, nadie le puede quitar la ilusión y la alegría al pueblo jordano de recibir a una selección de primer nivel como Uruguay.
No solo en selecciones nacionales es la cuestión. El mundial de clubes es cuestionado por aquellos que solo quieren el duelo entre sudamericanos y europeos, olvidándose de que existen otros 4 continentes. Si fuera así nos perderíamos de historias como la del TP Mazembe de Congo que en 2010 elimino al Internacional de Brasil en semifinales para enfrentar al Inter de Italia en la final. Además de que hay poca memoria de parte de los sudamericanos, ya que ese pensamiento elitista lo tenían los europeos cuando no querían jugar la Copa Intercontinental por considerar al fútbol de esta región “inferior”.
El fútbol es el deporte más popular del mundo y es por eso que no hay que permitir que solo los poderosos tengan acaparada la pasión de todos.
Escrito por: @FMartinOlive
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