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Por David Kreimer

Manuel Lanzini debutó en River pero al no tener lugar tuvo que emigrar al Fluminense en la temporada 2011-2012, en busca de continuidad y crecimiento profesional. Luego llegó su vuelta y sorprendió a muchos: se fue ganando un lugar entre los titulares a fuerza de buenas actuaciones, y hasta marcó 5 goles, siendo el máximo goleador del Torneo Inicial 2013.

En el mercado de pases de este invierno llegaron varias ofertas a River por el enganche (o segunda punta, como lo utilizó muchas veces Ramón), pero la que mas sedujo al presidente de club, Daniel Pasarrella fue la que mayor ingreso representaba para "ganar su campeonato económico". Esta oferta fue de del Baniyas, de Emiratos Árabes Unidos, que podía pagar 6,5 millones de dolares por su pase, y un sueldo de 1,2 millones de dólares anuales para Manu. Sin embargo, el jugador nacido en Ituzaingó no aceptó la oferta porque se sentía cómodo en River y solamente quería jugar allí.


Comenzó este torneo con muchas esperanzas, tanto en el torneo local como en la Copa Sudamericana, siendo un jugador muy importante del plantel, pero se fue diluyendo y el entrenador perdió la confianza que tenía en el, puesto que casi ni esta jugando. La falta de juego y la necesidad imperiosa de vender por parte del club, para dibujar el balance anual, hacen que reflote la chance de venderlo a Emiratos Árabes, o a un club mexicano, cuyo nombre todavía no trascendió.

Se dijo que el problema era una corta relación que tuvo con la hija de Escudero, pero se sabe que esto fue hace más de 5 meses y que no tiene ningún tipo de relevancia en la decisión. Siendo la causa mayor el mal momento futbolístico, parece igualmente raro que se vaya si tenemos en cuenta que Lanzini ha sido uno de los puntos más altos de este pobre River.

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