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Desde Uruguay 1930 hasta Estados Unidos 1994, el Continente Americano tuvo el honor de albergar 7 Mundiales de Fútbol. Luego de 4 ediciones, la cita más importante del Deporte Internacional retornará a la tierra de las gambetas y el potrero, cuando Brasil se una a México, Alemania, Italia y Francia, en la lista de países que han organizado el evento en 2 oportunidades. En las Copas jugadas en América, Argentina consiguió 2 consagraciones y 1 subcampeonato, mientras que en las restantes (10 en Europa, 1 en Asia y 1 en África) apenas alcanzó 1 final. Las estadísticas, sumadas al presente del equipo, invitan a soñar con un desempeño remarcable en el país vecino, pero no todos los Mundiales jugados en nuestro continente fueron color de rosa para Argentina.

Deporte ya popular pero todavía joven, la competencia internacional más importante con la que contaba el Fútbol hasta 1930 eran los Juegos Olímpicos. Justamente por su demostración de superioridad en París 1924 y Ámsterdam 1928, en donde se coronó campeón, fue que Uruguay resultó premiado con la sede de la primer Copa Mundial de Fútbol. Por las dificultades del viaje en barco y el escepticismo en cuanto a la capacidad del país oriental para llevar a cabo el evento, muchas de las selecciones europeas decidieron no participar. Francia fue la única potencia del Viejo Continente que dijo presente. Con un Brasil aún incipiente, el camino para los locales se veía obstruido únicamente por Argentina. Ambos combinados arribaron al cruce decisivo ganando todos sus cotejos y, si bien los albi-celestes contaban con el máximo artillero del certamen (Guillermo Stábile, con 8 goles), la estirpe uruguaya y la vehemencia de los más de 90.000 charrúas enardecidos que colmaron el Estadio Centenario terminaron por amedrentar al combinado visitante, que cayó derrotado por 4-2 en la que sería su única final hasta 1978.

                Pasado el bicampeonato de Italia en 1934 y 38, y la suspensión de la competencia por la II Guerra Mundial, la pelota volvió a rodar en Brasil 1950. Otra vez con ventaja para las selecciones del continente, con los locales perdiendo en el partido definitorio por 2-1 ante Uruguay, la 4ta edición del torneo no contó con la presencia de Argentina. Por esas épocas, la AFA se encontraba inmersa en una profunda crisis dirigencial y organizativa que salpicaba a todo el Fútbol local y también a la Selección. La ausencia argenta no fue producto de un fracaso deportivo, sino de una decisión burocrática. La Copa retornó a Sudamérica en 1962. En aquella ocasión fue Chile el anfitrión, y el trofeo Jules Rimet fue levantado una vez más por un sudamericano: el arrollador Brasil de Pelé alcanzó el bicampeonato y se confirmó como principal potencia global. Para Argentina fue una decepción más, ya que la caída ante Inglaterra y el empate ante Hungríale impidieron siquiera pasar la primera ronda.

El mal momento del Fútbol Argentino tuvo su pico negativo de rendimiento en los años previos a un nuevo Mundial en América. El equipo que por entonces dirigía el eterno Juan José Pizzutidisputó las eliminatorias para México 1970 pero, por primera, y hasta ahora única, vez en la historia, quedó eliminado dentro de la cancha. Brasil se convirtió en la primer selección en llevarse el trofeo a casa al alzarse con el tri-campeonato, y Uruguay cayó en semifinales, ratificando la supremacía de los equipos americanos en condición de localía continental.


            Luego de un borrón y cuenta nueva histórico, con modificaciones radicales desde la raíz, de la mano del proyecto de César Luis Menotti Argentina arribó a 1978 con una estabilidad y un rendimiento colectivo que permitía ilusionarse. La localía, por primera vez en la historia, le dio a los capitaneados por Daniel Passarella un impulso que los llevó a superar una durísima primera ronda en la que compartieron zona con Italia y Francia. En la segunda etapa, una victoria ante Polonia y un empate ante Brasil obligó a los albi-celestes a buscar la hazaña de derrotar a Perú por 4 goles o más para alcanzar la final. Con polémica de por medio, el encuentro acabó 6-0 para los locales, que luego le conseguirían al país su primer éxito mundial tras vencer a Holanda por 3-1. Más allá de las suspicacias generadas por la posible intervención de la Junta Militar que dirigía los destinos del país en aquel año, es innegable que la potencia goleadora de Mario Kempes, la brillantez de Daniel Bertoni, el liderazgo del “Kaiser” Passarella y el genio del “Flaco” Menotti convirtieron a la Selección Argentina en un combinado lleno de talento y peligro, pero también de seriedad y profesionalismo.

Todavía en la cima del Fútbol Mundial, el fracaso argentino en España 1982, liderado por un joven Diego Armando Maradona, fue un fuerte cimbronazo. Las eliminatorias para México 86 fueron arduas y el equipo de Carlos Salvador Bilardo apenas logró la clasificación en la última fecha, gracias a un gol agónico de Ricardo Gareca ante Perú. Envuelto en controversias y enfrentamientos con la prensa local, el combinado albi-celeste encontró fuerza en su núcleo, tomó la forma de una escuadra sólida y combativa, y disfrutó del mejor jugador en la historia del Fútbol Mundial, en el mejor momento de su carrera. Desde el arranque de la competencia Argentina se hizo fuerte y sorteó su zona de manera invicta. Después de superar a Uruguay en 8vos, la figura de Maradona emergió de manera incuestionable, demostrando su talento inusitado en su plenitud al vencer a Inglaterra y Bélgica, anotando los 4 goles del equipo en esos 2 partidos. El brillo del 10 no fue tanto en el encuentro definitivo, pero una asistencia genial a Jorge Burruchaga sobre el final estampó el 3-2 y le dio a Argentina su 2da Copa.  

El último Mundial disputado en América hasta hoy fue Estados Unidos 1994. Dominado por el resultadismo y las defensas símil catenaccio, el torneo que se llevó a cabo en Norteamérica exhibió un nivel futbolístico muy pobre y timorato. Otra vez el campeón fue un seleccionado del continente: Brasil alzó su 4ta Copa derrotando a Italia en la final por penales, luego de un aburrido 0-0. Argentina llegó al USA con un equipo revitalizado por el regreso de Maradona, que debió salvarle las papas a los dirigidos por Alfio Basile en el repechaje ante Australia. La compañía de estrellas del nivel de Claudio Caniggia, Gabriel Batistuta, Fernando Redondo y Diego Simeone hicieron del equipo del “Coco” una máquina de atacar y marcar goles que arrancó pisando fuerte, superando con comodidad a Grecia y Nigeria. No obstante, la catástrofe del anti-dóping de Diego dejó a la Selección sin su capitán inspirador y mejor jugador, y con la moral por el suelo. La derrota ante Rumanía en 8vos de final marcó la eliminación de un grupo de figuras que estaba para pelear el torneo.

20 años después, la Copa del Mundo vuelve al continente donde sólo fue ganada por equipos Sudamericanos (3 Brasil, 2 Argentina y Uruguay). Esta vez, la localía no aparenta ser tan definitoria, y las potencias europeas llegan con la firme esperanza de romper el maleficio. Bajo la estrella ascendente de Lionel Messi, el mejor del mundo, y una constelación de jugadores que parece haber encontrado una dinámica eficaz, especialmente de mitad de cancha hacia delante, Argentina tomará su lugar en Brasil con grandes expectativas de conseguir el campeonato que le es esquivo desde 1986. Los antecedentes y la actualidad muestran que hay motivos válidos para darle favoritismo.


 Darío Kullock

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