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Por David Kreimer

Uno cumple años el 25 de mayo, el otro el 3 de abril. Uno festeja su día del hincha el mismo día que el cumpleaños mientras que el otro los 12 de diciembre. No están acostumbrados a celebrar juntos, sino todo lo contrario: celebran (además de sus logros) las desdichas del otro, pero hoy, cuando un hincha de River o de Boca vea el día en el calendario, va a recordar con una sonrisa aquellas conquistas en Japón. Hoy se cumple un nuevo aniversario de la obtención de la Copa Intercontinental de River en el '86 y la de Boca en 2003.

River Plate había llegado a la cita definitiva en 1986 tras coronarse en la Copa Libertadores de ese año, venciendo en la final al fuerte América de Cali, que en esos años fue subcampeón 3 veces consecutivas. Aunque el Steatua de Bucarest había ganado la Copa de Campeones de la UEFA, derrotando en la final al mismísimo Barcelona en España el "Millo" tenía también un gran equipo: Pumpido, Ruggeri y Enrique venían de ser campeones del mundo con un gran nivel, Gordillo era impasable por la derecha, como Montenegro y el "Tolo" Gallego en el mediocampo. Arriba, infaltables: "Beto" Alonso, Funes y el gran Enzo Francescoli

El partido fue cerrado, pero una avivada del Beto Alonso a la salida de un tiro libre le permitió a Antonio Alzamendi meter el único gol del partido y coronarse de gloria: él sabía que tras hacer una falta los rumanos volvían para su arco de espaldas, y de manera muy inteligente, le dio el pase filtrado a su compañero. Rebote, cabezazo y gol. Quizás uno de los goles más celebrados por los hinchas de River, que miraban el partido en la madrugada argentina, por el puñado de argentinos en Tokio y por los jugadores. Tan importante fue la conquista, que el Beto decidió ponerle fin a su carrera apenas finalizado el encuentro, para retirarse en lo más alto.

Lo de Boca fue distinto, en los últimos años se había acostumbrado a jugar grandes finales, y a pesar de haber ganado la del 2000 contra el Real Madrid de los galácticos, todavía quedaba la espina clavada por la derrota contra el Bayern Munich. El rival, esta vez, era el poderoso Milan donde jugaban entre otros, Dida, Maldini, Cafu, Pirlo, Gatusso, Seedorf, Kaká y Shevchenko.

Empezó perdiendo por un gol de Tomasson, de contra y con un gran pase de Pirlo, pero rápidamente logró emparejar las cosas gracias al empate de Matias Donnet. A pesar de que Boca fue más durante todo el partido y muchos creyeron que era posible ganarlo en los 90 minutos, llegó el suplementario y los penales.

Lo malogró Pirlo y lo convirtió Schiavi. Adentro Rui Costa, atajado para Battaglia. Mal Seedorf y adentro el penal de Donnet. Insolentemente, Costacurta pateó la tierra y le dejó la pelota servida a Abbondanzieri. Cascini fue el encargado de sentenciar la serie y darle una estrella más al equipo xeneize.  

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