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Junto a algunos equipos que han cambiado su estilo de juego, en el Calcio emerge el Torino con un fútbol ofensivo, al que le falta jerarquía individual pero tiene mucha calidad y un buen proceso colectivo.


Históricamente, la liga italiana se ha caracterizado por un estilo general y abarcativo en la mayoría de sus equipos de una forma defensiva. Con la premisa del Catenaccio en cada banco de suplentes y en la ideología de los entrenadores, gran parte de los equipos (por no decir todos), implementaron ese método y el estilo se volvió histórico hace algunas décadas. Pero más allá de eso, conviene hacer un repaso general sobre ese sistema de juego.

Si bien fue ampliamente criticado, también fue muy imitado. Quién llevó este ideal a Italia fue el argentino Helenio Herrera, que dirigió al Inter e hizo de ese equipo (en la década del ’70) uno de los mejores de la historia. Tenía que ver más con anular al contrario que con proponer. Un líbero se ubicaba por detrás de la línea de cuatro defensores, armando un 1-4 en la zaga, y la traducción al castellano de la palabra Catenaccio, “cerrojo”, dice todo.

De todas maneras, en el último tiempo la ideología fue cambiando en el fútbol tano. Un claro ejemplo es la llegada a la Selección de Cesare Prandelli, que hizo grandes temporadas en el Calcio (con Fiorentina por ejemplo), y defiende un estilo ofensivo de juego. En la Azzurra las modificaciones principales ya se empezaron a observar, aunque también en Serie A hay una nueva generación de entrenadores que cambian el método que ponderó durante décadas en el país.

Más allá de que aún no está entre los primeros puestos, uno de los conjuntos que está dando la sorpresa hasta ahora en esta temporada es el Torino. Dirigido por Giampiero Ventura, el juego que demuestra este equipo cuando casi se llega a mitad de campaña es muy destacable. Pese a no contar con grandes figuras, formó un buen plantel y ha obtenido buenos resultados bajo el respeto hacia una misma idea de competición.

Aún en la falta en su crecimiento, pero todo hace suponer que va por el buen camino. Le marcaron varios goles en la liga hasta aquí (23), pero ha tenido partidos en los que tuvo seguridad defensiva. Y se distingue por la buena salida de pelota jugada desde el fondo, con una línea de cuatro hombres que saben jugar con los pies y están cada día más adaptados a la idea.

El polacoGlik y Moretti –con varios pergaminos en el Calcio-  hoy forman la dupla central en la defensa. El primero ha marcado algunos goles importantes, como el de la victoria ante Lazio. Por su lado, su compañero ha llegado a ser lateral izquierdo, pero con el paso de los años su experiencia lo ha reconvertido en segundo central. También Bovo es un habitual cumplidor en esa función, aunque no tiene es titular frecuentemente.

En algunos encuentros, el director técnico ha llegado a utilizar a los tres defensores nombrados en la misma alineación, moviendo a Moretti al lugar de lateral, una posición que conoce bastante bien. El Toro tiene una buena salida lateral, y ambos marcadores de punta se proyectan constantemente para crear desdobles y profundizar en superioridad numérica. Ese es el principal recurso de ataque de este equipo, aunque suele modificar cuando incluye a un enlace.

Como mediocentro, Giuseppe Vives no ha dado las mejores garantías, pero es un volante sacrificado por el equipo. Muy pocas veces se ubica entre los centrales para dar salida, de hecho su protagonismo en este elenco tiene más que ver con la recuperación y la distribución desde el medio del campo. Habitualmente desarrolla ese deber, y a su lado Farnerud es el iniciador. El sueco es uno de los mejores jugadores que posee este equipo, el encargado de mover los hilos y hacer jugar. Siempre ubicado en la mitad, es quién más se desprende al ataque y cumple una función mucho más ofensiva que la de Vives.

Precisamente Farnerud ha sido el generador principal de juego de Torino, sobre todo en las últimas jornadas, en las que Ventura ha decidido prescindir de la titularidad de El Kaddouri, ex Napoli que tuvo buenos encuentros como enganche aunque es un tanto lento en sus movimientos y perjudica, con su tranco, la verticalidad que muchas veces propone el equipo.

Por bandas en la mitad, Brighi y Pasquale son fundamentales dado que se desdoblan con  mucha naturalidad ante la subida de los laterales. Maksimovic o D’Ambrosio también se alternan sus puestos entre central y marcador por banda en defensa. Dermian fue, hasta aquí, el que mejor se ha adaptado a desarrollar lo que ambos lugares piden. La posibilidad de tener defensores que se pueden aclimatar a jugar en el centro como sobre la línea de cal es uno de los puntos fuertes de este equipo.

Cerci e Immobile, la dupla de ataque del Toro
Pese a todo lo desarrollado, un buen conjunto que muchas veces no logre sintonizarse adecuadamente, y no encuentre los caminos colectivos para llegar a la victoria, siempre necesita un revulsivo. Allí comienza a actuar Alessio Cerci, el crack romano de 26 años con el que cuenta el Toro. Desequilibrante, cuando agarra la pelota y encara de frente en velocidad es casi inalcanzable. También ha sido una fuente de la cual el equipo ha rescatado goles importantes, como el que le quitó la racha de triunfos consecutivos a la Roma, para igualar en uno.

La carrera de Cerci siempre insinuó a un jugador capaz de ser lo que es hoy, aunque se podría decir que actualmente está en el mejor momento de su carrera, en el punto justo para dar el salto a un club grande (salió de Roma y tuvo dos pasos por la Loba). Por su habilidad, muchos lo comparan con Jovetic, aunque su forma de encarar es mucho más directa, y tiene menos poder de gol. Muchas veces, uno de los pocos aspectos negativos que le caben, peca de individualista cuando tiene otras opciones.

El centro delantero, Ciro Immobile (Meggiorini es su reemplazante de similares características), es un definidor de clase y un 9 de jerarquía. Hay partidos en donde desaparece y no tiene esa presencia en el área rival, aunque cuando está en su día suele crear numerosas chances de gol. Junto a Cerci han tenido grandes partidos esta temporada, y son la esperanza de concretar todo lo generado colectivamente por el equipo en los últimos metros. Con la suma de partidos jugados, acrecentaron el semblante de tomar buenas decisiones para acabar las jugadas con el propósito de sacar la diferencia.

Como señalamos en el principio de la nota, el Calcio dio un giro, un cambio notorio en su juego. Casi todos los equipos han cambiado, y uno de ellos es el Torino, que con sus limitaciones y sin jugadores de renombre, apuesta por una ideología de fútbol ofensivo y vistoso. El arquero Padelli, Dermian, Glik, Farnerud, El Kaddouri, Cerci e Immobile invitan a la ilusión. Invitan a seguir al Torino en esta temporada. 

Nicolás Galliari


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