0
Finalizó el primer semestre de la estadía de Guardiola en el Bayern Munich, y ya ha impuesto varias modificaciones tácticas que aquí intentaremos desvelar. Un camino que ya ha comenzado, de la mejor manera. 



El debate se enciende. Aquel equipo de Jupp Heynckes fue demoledor, arrasador con todo lo que se cruzó a su paso. El actual conjunto de Pep Guardiola va por el mismo camino, aunque da la sensación de que aquel que dirigió “Osram”, la pasada temporada, tuvo una mejor funcionalidad. Desde su llegada, el entrenador español intentó imponer sus condiciones de juego (sumarlas, directamente, a lo que ya poseía el plantel), y eso lógicamente lleva su tiempo. Por esa razón, hoy se puede decir que el Bayern Munich de Jupp fue mejor que el actual de Josep, aunque el del español va camino a superarlo.

La adaptación a nuevas formas siempre es complicada de llevar a cabo, más en un grupo que viene de obtener todo lo disputado. Ese es el trabajo más importante del de Santpedor en este equipo muniqués. A un jugador es difícil expresarle que hay que cambiar y convencerlo de que, aun modificando el estilo, se puede seguir ganando. Pep va camino a realizarlo, de hecho él fue el primero que en su momento dijo la frase de que “en el éxito es en donde más debes renovarte”.

Bajo su mando, los bávaros ya han logrado alzarse con dos títulos. Ambos fueron derivados de los alcanzados por el anterior DT, pero ante Chelsea a final única, y en dos partidos en Marruecos, el Bayern se impuso y conquistó la Supercopa europea y el Mundial de Clubes. También en la Bundesliga tiene un gran presente, sacando gran diferencia de puntos con el segundo, el Bayer Leverkusen, y el tercero, el Dortmund, incluso con un partido menos al finalizar el año.

De todos modos, más allá de las victorias, de haber perdido solo dos partidos desde que asumió (vs BVB en Supercopa alemana y ante Manchester City por Champions League) y de los títulos, este equipo ha tenido varias modificaciones en sus formas de juego. La principal, quizá la más importante, es la inclusión de Lahm como mediocentro. El capitán siempre se ubicó como marcador de punta por derecha, y su polifuncionalidad es hoy aprovechada por Pep, que lo utiliza en la mitad para lograr sacar el balón con eficiencia y ser amo del carril central.

En este último punto se ve una de las diferencias fundamentales. El anterior Bayern se distinguía por su juego exterior, por bandas. El actual intenta que el pasillo del medio le corresponda siempre. No perder nunca en esa línea. Además del movimiento de Lahm, que protege la pelota como pocos y tiene una gran capacidad de giro, Guardiola también impuso un cambio sistemático con los laterales. Rafinha ocupa el lugar del ‘4’, y Alaba sigue firme en la punta izquierda, aunque los dos tienen movimientos diferentes a la hora de sacar el balón.

Cuando Neuer busca salir desde el fondo, Lahm se ubica entre los centrales, y así arma una línea de tres zagueros en salida lavolpiana. Los laterales se adelantan unos metros y se ubican como interiores, para dar muchas variantes de pase a quién transporta la pelota y darle continuidad al juego interior, además de quedar bien parados para una posterior pérdida. De esa forma, cuando los marcadores por los costados se cierran, atraen marcas, y Ribery y Robben (habituales titulares, más allá de lesiones), reciben siempre con la posibilidad del mano a mano con un defensor, y se sabe que allí son muy desequilibrantes.


Salida lavolpiana con Lahm (imagen de josparma.blogspot.com
El flanco izquierdo es el más importante de este equipo. Tanto Alaba, como Kroos y Ribery, se complementan de manera perfecta y crean combinaciones profundas y de calidad. Cuando se juntan y crean espacios, el francés dispone de muchos duelos cara a cara con el lateral contrario, y su capacidad de gambeta y velocidad son letales. Por su lado, el austríaco tiene la misma relevancia cuando se proyecta y crea superioridad numérica en el desdoble como cuando se cierra y atrae marcas para dejar a Ribery con lo que mejor sabe hacer, desnivelar.

Mientras tanto, Robben, que no goza de la misma preferencia que el galo en la consideración de Pep, es cada día más importante dado que, al gestarse casi todo por la banda opuesta y concentrar una numerosa cantidad de gente, muchas veces queda libre o frente a un solo defensor para recibir cambios de orientación y hacer lo que quiere con su zurda. Igualmente, en la fase ofensiva y la posibilidad de recibir balones precisos se concentra la otra modificación táctica que impuso Guardiola en el centro de la cancha.

Hubo varias lesiones, primero Thiago, luego Schwensteiger, y las funciones de los interiores originales se vieron alteradas. Frecuentemente, el español suele alinear un mediocampo de tres hombres, aunque durante los partidos suele hacer muchas variantes en medio del desarrollo (que lo atestigüe, si hace falta, el partido en el Signal Iduna Park ante el Borussia Dortmund). En la salida se van sumando los falsos interiores, como Rafinha y Alaba, para crear opciones de pases y avanzar en el proceso del juego, pero los lastimados fueron golpes que sin embargo no afectaron demasiado al equipo.

El vasco Javi Mártinez ha tenido una función básica, de corte e iniciación, al costado derecho de Lahm (tanto en la mayoría de partidos, en los que el Bayern salió a proponer, como en los que empezó sin asumir tantos riesgos aunque con posesión total, como en los últimos encuentros del año).  Por el sector izquierdo del juego interior, Pep se vio obligado a probar, y hasta incluso llegó a poner a Muller en el medio en el semestre. Y el alemán no desentonó, pese a que a veces tenía algunos problemas al encontrarse bastante lejos de su zona de mayor influencia.

Poco a poco, fueron volviendo los lesionados -no así Schwensteiger, que extrañamente desde la llegada de Josep tiene una nueva ubicación, más posicional y sin tanto desprendimiento al ataque-. Thiago tiene mayor relevancia con el correr de los partidos y se ve más nítidamente porque en su día se lo apuntó como el probable sucesor de Xavi. Pep ve todo antes de que suceda, tenía le idea en mente de hacerse con el carril central antes de comenzar los entrenamientos, y pidió contratar a Thiago. Algo clave había visto del hijo de Mazinho en su época en Barcelona.

La final del Mundial de Clubes fue el partido en donde mejor se vio lo que Alcántara puede ofrecerle a este conjunto bávaro. Comenzando unos metros más adelante que Lahm, fue un creador de espacios excepcional, siempre recibía libre y con metros para recorrer. Incluso, llegó al gol. En ese tanto, el que definió la final ante el Raja Casablanca marroquí, se vio con claridad la función de falso interior de Alaba. El lateral subía por el centro, aprovechaba que Ribery iba pegado a la raya y quedaba libre. Recibió, llegó al área y la pasó a Thiago, que inteligentemente esperó el pase detrás de la línea de la pelota.

Alaba llegando como interior al área en la jugada del gol de Thiago
Por otra parte, un punto referencial de este equipo es el centro delantero. Para esa posición, Guardiola tiene numerosas opciones. Una es el clásico ‘9’, Mario Mandzukic, el único faro con el que dispone en el plantel. Es uno de los mejores del mundo, sin duda infravalorado, porque sabe filtrarse entre los centrales, además de ser un definidor de clase y un llegador al área.

En su período culé, el DT impuso a Messi –lo explicamos en otro artículo- en la posición ante las malas adaptabilidades a su esquema de jugadores como Eto’o o Ibrahimovic. En los días que corren, y al tenerlo ya en el plantel, Pep decidió probar con el croata, que alterna cotidianamente como titular y suplente, aunque no tardó mucho Guardiola en probar a su falso 9 predilecto. En ese aspecto, se ve un punto que habla de la magnánima cultura técnica de Guardiola.

Si antes era un falso 9, ahora son dos, que entran y salen del área, para nunca ser referencias de los defensores contrarios, y atraer marcas para crear espacios. Muller y Gotze (de gran rendimiento hasta el momento) alternan siempre su posición, más allá de empezar el partido en un lugar fijo. De todas formas, el doble falso 9 se dio ante las ausencias de jugadores clave. Incluso, Ribery y Robben hace rato que no son titulares uno por cada banda por lastimarse en períodos diferentes.

Con algunas variantes tácticas importantes, que hacen notar la inteligencia de Guardiola en este deporte, el Bayern terminó el primer semestre de la temporada y de su nuevo entrenador. Más allá del triplete, cierra el 2013 con cinco títulos de seis posibles, y sacando mucha diferencia. Tiene media liga teutona en el bolsillo, está en octavos de Champions, y buscará repetir. Las variantes están dadas y Pep, en el éxito, busca y renueva a un equipo ultra ganador.

Nicolás Galliari


Publicar un comentario