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      Cierto es que los dos equipos mas grandes de este volátil fútbol argentino han dejado mucho que desear en este 2013. Al punto de pensar en que en su afán de volver a ser protagonistas, cabe preguntarse si las escuadras deben "reforzarse", o mas bien reestructurarse.
     Por un lado, Boca viene de pelear hasta el final en un mediocre torneo, con el campeón con menos puntos en la historia de los certámenes de 19 fechas, y un juego que no convenció ni a propios ni extraños, y mucho menos, a la critica. Por otro lado, River, después del subcampeonato, tuvo un torneo para el olvido, acabando en los últimos puestos, y en medio de una crisis económica e institucional, pero respirando vientos de cambio, con la llegada de una nueva dirigencia. 
     Dos equipos gigantes. Gigantes sin dinero. Un Boca que con sus paupérrimas campañas no ha podido ser la vidriera de los últimos años, llegando a su segundo receso sin vender. River, con un pasivo que -según los nuevos tesoreros- tiene un déficit creciente, y un pasivo que aumenta de manera exponencial.
En estos escenarios tan opuestos pero no tan disímiles al fin, ambas instituciones quieren ajustar sus puntos flojos con hombres de la casa: el millo incorpora a Fernando Cavenaghi, y el xeneize a Juan Forlín

     El delantero llega con el respaldo de la gente, victima de una dudosa desvinculación, aun habiendo sido héroe del ascenso conseguido en 2012, luego de un regreso totalmente "desinteresado" desde lo económico, solo por ayudar a River en su peor momento de la historia. El defensor, llega para "solucionar" los inconvenientes defensivos, que durante 2013 fueron en Boca una constante tan nefasta como las lesiones. Es difícil pensar en comparar un atacante con un defensor, un ariete con el típico "ultimo hombre", pero teniendo en cuenta el contexto al que arribará cada uno, habiendo realidades futbolisticas casi similares, cabe destacar que mas que hablar de refuerzos, ambos pretenderán con su juego ser soluciones a problemas estructurales dentro del campo. 

     En la carrera ofensiva de los de Nuñez, Fernando Cavenaghi arrancará en la "pole position", puesto ahí por el hincha millonario, y por propio mérito. Un chico de 18 años que supo ser campeón, y goleador del fútbol argentino, desplazando a grandes referentes del gol a nivel internacional, como Juan Esnaider o el uruguayo Daniel Fonseca. Apadrinado en aquel entonces por el propio Ramón Diaz, "Cavegol" se autoerigió como el gran goleador riverplatense después de que Javier Saviola emigrara a Europa. Además, Cavenaghi destaca por, en su mejor edad como profesional, resignar cifras que abrumarían a cualquiera para sacar a su gran River del pozo del descenso, siendo fundamental en el titulo que obtuvo el millonario en el Nacional B 11/12, anotando 19 goles y convirtiéndose en el principal artillero del equipo.Tendrá como competidor, o quizás acompañante, al auto proclamado superestrella -tácitamente- Teofilo Gutierrez. Un jugador al que la crítica parece hacerle hecho creer que es más de lo que es. Un delantero con demasiado ego y controvertida personalidad. Como responsabilidad, Cavenaghi deberá marcar los goles que "debe" Teo, y revertir la pobre cantidad de conquistas de River del pasado Torneo Inicial, si es que en Nuñez se pretende aspirar al titulo en el Torneo Final.

     Por su parte en Boca, desde la partida de Rolando Schiavi y la asunción de Carlos Bianchi, jamás se logró formar la misma defensa (ni el mismo once inicial) en casi ninguna oportunidad. Se probó con Caruzzo, con Burdisso. Se "inventó" a Ribair Rodríguez como marcador central (cuyo rendimiento ha sido lo suficientemente convincente como para prescindir de él). Hasta se incorporó, después de muchos idas y vueltas, a un gran referente de otra época, Daniel "Cata" Díaz, para solucionar las notorias fisuras de un equipo que, pretendiendo ser campeón, fue batido en casi todos los partidos del último torneo, sin mencionar el humillante 'primer set' sufrido en San Juan el anterior torneo.
     El desafío que tendrá Juan Forlín, será convertirse en el patrón de una devaluada defensa, que nunca encontró el rumbo, aún con jugadores que han sabido ser campeones defendiendo los colores de otros equipos, con plantillas mas cortas y presupuestos más acotados aún. Como ventaja, el ser reconocido por el hincha como un jugador de la casa, con gran técnica y rápidamente observado por Diego Maradona para integrar su conocida Selección Local, como así también por equipos europeos, al punto de haber emigrado a España siendo muy joven. Curiosamente, como factores de cuestionamiento, aparecerán los mismos puntos a tener en cuenta, ya que, a diferencia con Cavenaghi, Forlín no fue campeón siendo fundamental en Boca, sino que fue solo una muy joven e interesante promesa, que sin ser un jugador íntegramente formado, se marchó al fútbol del viejo continente en busca de un contrato salvador, y que hoy vuelve, buscando continuidad.

    ¿Quién de los dos tapará más rápidamente las grietas en su respectivo equipo? ¿Quién hará la diferencia? ¿Encontraremos en seis meses a un Boca campeón con la vaya menos vencida, o a un River campeón como equipo mas goleador? Forlín vuelve a préstamo a Boca con la inevitable incertidumbre de su vieja juventud. Cavenaghi llega a River con un palmarés más que interesante, y con el pase en su poder. 


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  1. Tengo menos idea de futbol y hasta te tuve que rpeguntar quienes eran esos, pero ahora la calidad de la redacciòn es muy buena man. Felicitaciones

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  2. "... los dos equipos mas grandes de este volátil fútbol argentino",
    Racing Club de Avellaneda es el primer grande, los demás son segundos y terceros, como todos aquellos que vienen después de uno, con esa chica a la que le quitaste la virginidad en la adolescencia.



    con respecto a RIVER, BOCA sigan partisipepsi que hay premios debajo de todas las tapitas

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  3. muy bueno! yo veo a boca campeón! se que en algún momento va resurgir como el mas grande que es y que nunca dejo de ser, no hay otro que se compare en el fútbol argentino. Muy buena observación.

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  4. Alexis, tu criterio es válido. El único detalle es que, en ese caso, el primer grande (y por el ende el más grande) sería Alumni. Un abrazo!

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