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Como si el destino se empeñase en incluirlo nuevamente en la historia grande de Newell´s, él volvió, por decisión suya, le quería dar una mano a su querido NOB, y vaya si se la dió. Después de un 2004 donde fue nada más y nada menos que campeón y donde ya había mostrado que era un jugador distinto, con destellos de magia, recorrió el mundo buscando su lugar.

Cuando se conoció la noticia de su regreso, comenzaron las dudas de los hinchas: “Scocco no es 9 de área” o “a los que vienen de Emiratos Árabes les cuesta la adaptación” pero al Tata Martino nada le importó, lo quería en su equipo y confió en él.

Y pegó la vuelta, no le interesaba que lo quieran otros clubes de Argentina, o volver a México, su decisión era calzarse la rojinegra, así fue como practicó solo en una cancha de un club de la rosarina, ADIUR, para no perder forma física mientras esperaba que se resuelva su vuelta. Una vuelta que se complicó y que en algún momento estuvo a punto de caer, como la precaria situación económica del club no llegaba al pedido de los árabes puso plata de su bolsillo para que se cierre la negociación. Todos estos datos lo hacen más grande aún.


Y llegó su primer partido, con San Martín de San Juan, mientras el Tata forzaba a un Sperdutti de centrodelantero, entró en el segundo tiempo para clavar casi de mitad de cancha el mejor gol del campeonato, o uno de los mejores, porque después se iba a cansar de hacer maravilla tras maravilla y enloquecer nuevamente a los hinchas leprosos.


Habilidad, inteligencia, polifuncionalidad, sorpresa, magia, todas estas virtudes mostró Nacho desde su llegada a NOB, goles de cabeza, de chilena, de media distancia, apilando rivales, cayéndose o de rebote marcaban el camino de un Newell´s que peleó con juego y el sello del Tata un campeonato que le fue esquivo.

Tanta efectividad y desequilibrio obligó al propio Sabella a llevarlo a la selección nacional, y por si el torneo local no fuera poco para él, entro en el segundo tiempo y le obsequió un triunfo muy festejado a la albiceleste ante su eterno rival, Brasil, aunque después por penales perdió el amistoso.

Ignacio Scocco genera eso, emoción para algunos hasta las lágrimas, o esa felicidad incontenible cada vez que agarra la pelota y encara a sus rivales, automáticamente el hincha que está sentado se para, sin observar en qué lugar de la cancha esté ubicado, todos saben que algo va a inventar, sin lugar a dudas, el mejor jugador rojinegro de los últimos 15 años.

A muchos se le paralizó el corazón cuando se enteraron de la fractura del quinto metatarsiano que lo obligaba a parar, pero ni siquiera fracturado se quiere bajar de esta ilusión, la ilusión que tienen los hinchas de NOB, el cuerpo técnico y los jugadores, esta ilusión de coronar con una estrella tamaño esfuerzo, y él es parte fundamental de este proceso, porque Scocco conmueve, porque SCOCCO ES CRACK.


Escrito por: @cabrerahercap

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