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Pablo Migliore, ex arquero de Huracan y Boca Juniors, actual referente del plantel de San Lorenzo de Almagro, recuperó la libertad luego de estar encarcelado durante 40 días. ¿Cómo se explica la detención de un jugador profesional hoy en día en el fútbol argentino? Nuestro fútbol verdaderamente no da para disgustos y repetidamente se dan situaciones que no solo nos sorprenden, sino que nos decepcionan a todos. Este no es el fútbol que muchos mamamos cuando éramos jóvenes, donde existía la sana competencia y se hablaba poco y nada del tema de las barras, la violencia y menos que menos, de contactos entre altos dirigentes o jugadores con los violentos.


Se ha superado un límite, una barrera, a la que nunca quisimos ni pensamos llegar. Hay un abismo inmenso entre este “fútbol” nuestro, si así se lo puede llamar, con el verdadero deporte, el verdadero espectáculo que se puede ver en otras partes del mundo. Sin violencia, sin plata negra, sin negocios atrás de este juego tan hermoso que atrapa a millones y millones de personas. Hombres, mujeres, niños, ancianos.

No se lo valora a este deporte tan popular alrededor del planeta. Nosotros no lo valoramos. Los latinoamericanos. Porque esto no solo sucede en Argentina, sino en varias partes de Latinoamérica. Igualmente, me animo a decir que nuestra nación es la más expuesta con respecto a esta problemática y de donde nació la horrible cara de una competencia, una actividad que se va resquebrajando año tras año. La doce, Los Borrachos del Tablón, La 14, La Guarda ImperialLa PandillaLa Buteler. Estos son algunos nombres con los que se esconden los violentos, en donde convive la estafa y el dinero. Barras que hasta llegan a dominar clubes, sin importar los perjuicios a la institución, sin ser hinchas, sino delincuentes.

Millones de barras bravas y ninguna autoridad que tome la batuta y termine con esta lacra que arruina cada día un poquito más esta pasión. Esta pasión que anteriormente atrapaba familias, donde los padres iban con sus niños a la cancha, sanos y salvos, a presenciar un espectáculo y querer ver ganar a su equipo. Un espectáculo de pasiones. Hoy en día, es una mafia. Ahora, el partido en sí es lo menos importante, ya no hay pasiones, hay necesidades, beneficios, fraude e interés.


Hace poco, Javier Cantero, presidente del Club Atlético Independiente, intentó cortar con esta peste, pero no recibió el apoyo del resto de los dirigentes ni de las máximas autoridades de AFA. Algunos, solo se animaron a felicitarlo por su valentía. Todos lo apoyaron de la boca para afuera, nadie con hechos. Otros, hasta lo tildaron de "loco" o "ingenuo", por proponerse terminar con esta malaria.Pareciera que nadie quiere cortar con esta enfermedad, una situación que perjudica a los hinchas comunes pero que pareciera favorecer a los dirigentes de las instituciones de nuestro fútbol. Ya no solo pasa por ineficacia e inoperancia para ejercer autoridad. La avaricia y los sucios intereses se han transformado en moneda corriente.

Ya no importa si la pelotita entra o no en el arco contrario, importan los métodos para obtener más y más dinero, para robarle a sus clubes. Un caso es el de Boca Juniors, en donde su barra, bajo el nombre de La Doce, hasta llega a colocar publicidad en su tribuna cuando juega su equipo. Le quitan el lugar a millones de hinchas comunes que quieran hacerse sentir y colocar su bandera. Hinchas que vienen de distintas partes del país y no tienen la chance de ver a su equipo todos los días. Todo con tal de obtener una moneda. Así recauda la peste negra de nuestro fútbol.

No es tan difícil entonces, explicar que Pablo Migliore, arquero profesional de San Lorenzo de Almagro, haya estado detenido por encubrimiento agravado de un homicidio por parte de un barra de Boca, bajo el nombre de Maximiliano Mazzaro. Parece increíble que un jugador tan reconocido tenga amistades y contactos con estos delincuentes, pero el fútbol argentino todo lo puede.

Créanme que hay infinidad de casos, infinidad de manchas que nos siguen perjudicando. La muerte de un hincha de River por una interna en la barra, el apriete de hinchas a jugadores, el pedido de dinero a dirigentes, la suspensión de partidos por violencia.

No solo el problema se da por los negocios y el dinero sucio. Además, se le suma la poca educación de nuestro país, la sociedad está enferma y el fútbol es vida o muerte para la gente. El fútbol que en verdad es un juego, una distracción de las cosas que verdaderamente importan, se lo idealiza de tal manera que llega a puntos críticos. La pérdida de una categoría para un simpatizante puede equivaler al fallecimiento de un familiar o a la pérdida de una fortuna. Suena muy exagerado y fuerte pero verdaderamente es así.

Por eso les pido a ustedes, hinchas, simpatizantes, jugadores, dirigentes, autoridades, que cuidemos nuestro deporte. Un fútbol argentino que es reconocido mundialmente, por su pasión, sus colores y su adrenalina. Que mejor que un superclásico entre Boca-River con las tribunas repletas, un Independiente-Racing o un Rosario Central-Newells. Pero sin violencia. No hay necesidad de arruinar la fiesta, es tan solo un juego.


Escrito por: @NachooVega

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