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Hace 2 años y 359 días atrás, Rosario Central ingresaba a su peor momento de su historia, el cuál se venía gestando hacía tiempo y terminó con el fatídico descenso ante All Boys. Dirigentes corruptos, ladrones, ineficaces, que no estuvieron a la altura, jugadores que no rindieron, que pasaron por la institución sin pena ni gloria, que no sintieron la camiseta, técnicos incapaces, sumado a las malas campañas, llevaron al club de Arroyito a tener que jugar en la Primera B Nacional en el 2010.

La primer temporada fue desastrosa...El plantel se armó sobre la hora, con Reinaldo Merlo cómo DT. Se trajeron muchos jugadores que a la larga no rindieron y así como llegaron se fueron. Central no se acostumbraba a la categoría, le costaba mucho, los resultados no aparecían, el promedio bajaba y todo seguía de mal en peor. Se fue Mostaza, llegó un ídolo de la casa cómo Omar Palma. El Negro hizo lo que estaba a su alcance, pero no pudo torcer el rumbo y Central se vio condenado a jugar otra temporada en la segunda división.

En el 2011 la ilusión se renovaba.Se armó un buen plantel con la experiencia adquirida en el campeonato anterior, llegó otro ídolo cómo Juan Antonio Pizzi para conducir el barco y se realizó una excelente campaña con números muy buenos, pero el final fue el menos pensado, pasaron muchas cosas, se dijeron muchas cosas, algunas quedaron inconclusas, miles de rumores...pero el Canalla se cayó en el sprint final, se vio obligado a jugar la promoción, en dónde se quedó sin nada en las puertas del ascenso, condenado al tercer año consecutivo en el Nacional B.



Llegó el 2012, nuevamente se prendía la llama de la ilusión. En el peor momento de la historia, el hincha cómo siempre acompañó en todo momento, en las buenas, en las malas y en las muy malas. Arrancaba el campeonato, plantel renovado, con Miguel Ángel Russo a la cabeza, quién vino nuevamente a Central para sacarlo del pozo en el que está metido desde hace tiempo. Comienzo desastroso, jugadores que al primer o segundo partido ya dejaban mucho que desear y se ganaban todos los insultos. Los resultados no llegaban, no había una idea de juego, se perdieron partidos increíbles, con rivales sumamente inferiores, pero para nada subestimables en el fútbol de hoy. La derrota con Douglas Haig caló hondo en Central y para muchos el ciclo de Russo estaba terminado, y un mal resultado con Defensa y Justicia podía ponerle fin a su conducción técnica. Triunfo ante el Halcón, las aguas se calmaron y los resultados comenzaron a ser positivos, hasta tal punto que se consiguió un invicto histórico que catapultaron a Central a liderar el torneo y de a poco comenzar a sentir el olor a ascenso. 

El partido del domingo es diferente al de la fecha pasada con Defensa, ya que aunque el Canalla hubiese ganado en el Gigante, mas allá de estar virtualmente ascendido, no podía festejar aún. Pero ahora el conjunto auriazul está a 3 puntos de lograr el objetivo, está a un triunfo de volver a su lugar de pertenencia, a un pasito del tan ansiado ascenso. Pero en el peor de los casos, empatando o perdiendo puede ascender igual, dependiendo del partido de Sarmiento que juega el lunes. Igualmente el domingo hay que ganar, olvidarse de los demas, salir a ganar, salir a jugarse la vida cómo nunca, dejar todo y de una buena vez, llevar a Central a Primera, en dónde se merece estar. Que quede en claro que el ascenso no es la solución a todos los problemas, pero si es un gran paso para que de a poco, y entre todos, catapultemos al Club Atlético Rosario Central nuevamente a regodearse entre los grandes y que con amor, trabajo, predisposición e inteligencia, nuestro club, un Gigante dormido, empiece a despertar de su larga siesta y nunca más pise la B Nacional. Pero para eso, el domingo hay que ganar...el domingo, CUESTE LO QUE CUESTE, EL DOMINGO TENEMOS QUE GANAR!!!


Escrito por: @infocanaya

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