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Fue el grito de más de 10.000 Triperos que resonó en Córdoba y en todo el país el 28 de mayo del 2013. Gimnasia se levantó luego de 698 días, 23 meses, 100 semanas, 16.752 horas, 1.005.120 minutos y 60.307.200 segundos y volvió a la primera división del fútbol argentino.

“Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento” dice el tango “Naranjo en Flor”, que describe a la perfección cómo fue el paso del Lobo por el Nacional B.
Instituto de Córdoba fue protagonista en la vida de Gimnasia en su paso por la segunda división. Luego de perder con la Gloria en el primer semestre en el Nacional, se fue Osvaldo Ingrao y llegó Pedro Troglio, y tras vencer al equipo cordobés, llegó el ascenso.

En ese momento era todo sufrimiento, el Lobo estaba en puestos de descenso a la Primera B Metropolitana y con rumbo incierto. Troglio asumió el riesgo y se puso un objetivo claro: enderezar el rumbo y devolver al club a primera. Pero tanto el cuerpo técnico, como los jugadores, dirigentes y la gente apre
dieron a sufrir y a vivir con ello. No fue fácil pero lo lograron. Tras una serie de victorias y buenos rendimientos, el equipo se olvidó de la zona caliente y se acercó a los puestos de vanguardia.


La tuvo que pelear desde muy abajo y el campeonato se lo hizo sentir. No alcanzó, se quedó en el 9no puesto sumando 54 puntos. Pasó el primer año en la B, y había que esperar otro como mínimo para poder lograr el ascenso. Por lo hecho hasta ese momento, la gente se volvió a enamorar del equipo. Un nuevo año comenzó con la esperanza que generó tener al DT en esa ocasión desde el arranque, y a un grupo de jugadores identificados con él y con los colores.

La pretemporada en junio del año pasado en Mar del Plata fue el punto de partida donde se formó y afianzó el grupo, el técnico les trasladó la idea de juego y se tomó consciencia de la responsabilidad que había tras sus espaldas, que fueron anchas para bancar la parada.
A paso firme arrancó el campeonato, convirtiéndose en uno de los conjuntos más sólidos y serios de la categoría que pedía a gritos primera. Ya sin River, y con Rosario Central como par en la lucha se hizo cargo de su parte.

Comienzo ganador y sin fisuras, mostró a un equipo que más allá de los resultados jugó con una idea fija en la cabeza: ganar a como dé lugar, sea donde sea, y caminar juntos por la senda que finalmente los depositó en la máxima categoría del fútbol nacional.



Todos en el mundo Gimnasia supieron sufrir para luego poder amar. Estaban listos para partir y así finalmente lo hicieron tres fechas antes del final del camino. Se acabó, la pesadilla terminó, es hora de partir.
Pedro Troglio, Víctor Bernay, Gabriel Vega, Pablo Martín y Lucas Mastrogiuseppe (Cuerpo Técnico), Pablo del Compare, Flavio Tunessi, Jorge Murua, Sebastián Leimarie (Médicos y Kinesiólogos), Daniel Ciancio (Masajista), Leandro Ladogana, Jorge Sosa, Omar Valenzuela y Emiliano Silva (Utileros), junto a Fernando Monetti, Pablo Bangardino, Facundo Oreja, Osvaldo Barsottini, Juan Carlos Blengio, Lucas Licht, Nicolás Benavídez, Cristian Piarrou, Oliver Benítez, Franco Mussis, Ignacio Fernández, Omar Pouso, Matías García, Nicolás Cabrera, Germán Basualdo, Jonatan Chaves, Maximiliano Meza, Dardo Miloc, Ignacio Lachalde, Gonzalo Choy, Roberto Bochi, Facundo Pereyra, Matías Quiroga, Franco Niell, Luis Peralta, Juan Cuevas, Nahuel Fernandes Silva,  Héctor Acuña, Federico Rasic y Joaquín Romea lucharon y consiguieron volver a primera.

Luego de 35 partidos, Gimnasia perdió sólo 7, empató 9 y ganó 19 sumando 66 puntos hasta el momento. Como local sumó 34 puntos, ganando 10 partidos, empatando 4 y perdiendo 3. Fuera de La Plata, tras 18 presentaciones, ganó 9, empató 5 y perdió las 4 restantes.

Siendo egoístas, decidimos destacar a tres jugadores de toda la campaña. Facundo Pereyra es uno de los goleadores del campeonato con 14 tantos, que transformó a Gimnasia en el único equipo de los que peleó por el ascenso que tiene a un artillero en los primeros puestos. En el arco con Fernando Monetti tiene una de las vallas menos vencidas con 24 tantos, superado sólo por Nereo Champagne de Olimpo al que le hicieron 20. En la zaga central de la defensa se destaca Osvaldo Barsottini, que pudo cumplir su sueño de ascender tras no poder hacerlo con Instituto en la temporada pasada, es el defensor que más goles consiguió de todos los equipos, marcó 8 y ninguno de penal.

Llegó el momento de al fin andar sin pensamientos, de disfrutar los últimos días en la B e ir en busca de todo. ¡Arriba Gimnasia!, estás de vuelta en primera.

Escrito por: @pujolfernando


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