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La hecatombe futbolística que mandó a Independiente de Avellaneda a la B Nacional por primera vez en 108 años de historia recaló en un mercado de pases furioso. Con la necesidad de rearmar el equipo para un torneo durísimo, pero también abaratar los costos de un plantel que cobraba como lujoso (aunque estuviera lejos de jugar así), la CD dejó ir a 19 profesionales, por los que no recibió un solo peso, y trajo 9 refuerzos, entre los que se encuentran 2 promesas a futuro, muchos que vienen de ser suplentes en sus respectivos equipos, y varios planes B, C y D. Desde Martín Zapata hasta las fugaces  firmas de Christian “Pichón” Núñez y Carlos Hennenberg, todas las idas y venidas de uno de los meses más febriles en la existencia del “Rey de Copas”.

                Aquel 5 de Julio, habiendo pasado la tormenta y tratando de resurgir de las cenizas, Javier Canteroanunciaba que el primer refuerzo de Independiente era el volante con llegada al área Martín Zapata, figura de Belgrano. El arranque era auspicioso. Hoy, luego de un desfile interminable de nombres, guerras de sillas, asambleas de socios sin socios, inhibiciones, acusaciones cruzadas, padres de ex jugadores que aseguraron haber ofrecido ayuda y ser rechazados, “El Rojo” cierra el mercado de pases de manera sorpresiva. Luego de haber concluido que el plantel estaba completo, el Presidente del Club avisó que se retiraba de las negociaciones; no obstante, horas antes de que cerrara el mercado de pases, fueron anotados y fichados en velocidad express Núñez y Hennenberg. Los ojos recaen sobre el primero, lateral derecho uruguayo que viene de Nacional a cubrir uno de los puestos que más preocupaban a Miguel Ángel Brindisi, aunque el segundo constituye una polémica más, debido a un twitt cínico e irrespetuoso sobre el descenso de Independiente. Otra tortuga que se le escapa a Cantero, si se considera que Hennenberg es apenas una promesa a futuro, un delantero llegado de Atlanta –B Metropolitana- y  que seguramente no tendrá lugar en el equipo.

                De cara a una larga temporada que obligaba a Independiente a recuperar su lugar en Primera, Brindisi apuntó, como cualquiera podría haber imaginado, que la línea que más refuerzos requería era la ofensiva. El arribo más notable en este departamento es el del reclamado Facundo Parra, pero el hombre que ganara la Sudamericana 2010 en Avellaneda llegó tarde, las tratativas se dilataron tanto que terminó perdiéndose la primera fecha. En ella, la dupla de ataque estuvo integrada por Cristian Menéndez, que viene de casi no jugar en Quilmes, y Sebastián Penco, que fue suplente de Humberto Osorio y Claudio Riaño (ambos sonaron, pero no llegaron) en el también descendido San Martín de San Juan. Por Alsina y Bochini se escucharon los rutilantes nombres de David Trezeguet, Carlos Bueno –quien aseguró en repetidas ocasiones que quería jugar en  el Club-, Carlos Luna, Mauro Obolo, Franco Niell y César Carranza –estaba todo arreglado, pero a Brindisi no le gustó-. Finalmente, además de los ya nombrados, sólo se sumó Matías Pisano. El enganche que llegó de Chacarita no es mucho más que una optimista apuesta a futuro.

                El sector que pareció completarse con mejor nivel fue el mediocampo. A la notable llegada de Zapata se sumaron rápidamente Franco Razzotti y Reinaldo Alderete. El ex-Vélez arrancó con poco fútbol pero demostró su categoría en la derrota ante Brown de Adrogué, en la que fue el refuerzo de mejor rendimiento. Por su parte, el hombre que fue titular, también en el santo sanjuanino, aún no hizo su debut, pero se perfila como una opción confiable de relevo en el centro de la cancha. La mala noticia es que Brindisi pidió un 8 y, aunque se barajaron los nombres de Martín Galmarini, Carlos Sánchez y Hernán “el sapito” Encina, hoy esa banda quedó descubierta. Ante la lesión de Fredes, los únicos jugadores acostumbrados a ocupar el carril derecho son Fabián Monserrat (de flojo debut) y Walter Busse(se iría a préstamo). El puesto ya es un dolor de cabeza: Zapata se hizo cargo en la 1ra fecha pero quedó claro que no es el lugar en donde se siente más cómodo, y además no podrá estar en Corrientes para enfrentar a Boca Unidos.

               En donde las gestiones terminaron siendo más efectivas, fue debajo de los 3 palos: Independiente superó una superpoblación histórica deshaciéndose de Hilario Navarro y Adrián Gabbarini, quedándose únicamente con Fabián Assman y Diego Rodríguez, ambos probados y buenos candidatos para ocupar el arco. Delante de ellos, el único que llegó fue Núñez. El puesto de marcador de punta derecho fue una de las figuritas difíciles, ya que pasaron de largo nombres de la calidad de Pablo Pintos, Jorge Moreira, Matías Corujo, Matías Aguirregaray y Christian Álvarez.

              La danza de nombres llegó a su final. No así las polémicas por las decisiones de Cantero, ni muchos menos la lucha de Independiente por encontrar un funcionamiento que le permita, al menos, luchar en las primeras posiciones de la tabla. No, ese sufrimiento está apenas comenzando. Un largo camino de espinas espera a jugadores, cuerpo técnico, comisión directiva e hinchas de uno de los clubes más grandes del Mundo en su afán de volver a ser. En este mes se definió, en gran parte, el plantel con el que Independiente deberá enfrentar estas 41 fechas históricas. ¿Será suficiente?

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