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Por David Kreimer

Hay una mala costumbre en nuestro fútbol argentino que se repite año tras año, torneo tras torneo, y éste no es la exepción. Habiendo transcurrido 10 fechas del Torneo Inicial, muchos técnicos dejaron sus cargos por malos resultados.

El caso más resonante es el de Racing. La Academia tuvo 2 técnicos en lo que va del certamen y acaba de arreglar para hacerse cargo el tercero: "Mostaza" Merlo. Comenzó dirigiendo Luis Zubeldía, cuyo contrato había sido renovado durante el receso, sin embargo, no encontró puntos, y su equipo era duramente criticado por "no atacar". Fue despedido y su lugar fue ocupado por Carlos Ischia, pero el pelado duró solamente 6 partidos, de los cuales solo rescató un punto, en su debut ante Lanús. Además, como si fuera poco, debido a una crisis institucional renunciaron tanto el presidente Gastón Cogorno como el vicepresidente Rodolfo Molina, media Avellaneda espera que Mostaza enderece el barco.


Pero además hubo muchos equipos que perdieron a sus entrenadores. En Tigre, había sido contratado Diego Cagna para dirigir al equipo, pero tras solamente 6 partidos y 4 derrotas se vio obligado a dar un paso al costado y dejarle su lugar a Fabian Alegre. El "Yagui" Forestello, técnico de Colón hasta hace algunos días, también tuvo que dar un paso al costado debido a una serie de derrotas consecutivas del conjunto sabalero, que había empezado el torneo de manera óptima.

Independiente arrancó su temporada en el Nacional B con el objetivo de ascender, pero las cosas no empezaron como deseaban, en los primeros partidos no pudieron ganar y su técnico, Miguel Brindisi, fue echado para que asuma Omar De Felippe. Cuando muchos creyeron que el descenso era una oportunidad para "refundar" el club desde abajo, los malos resultados rompen contratos y dejan gente sin trabajo.

Tanta es la presión ejercida sobre los técnicos por los dirigentes y los hinchas, que además de los que ya se fueron, todas las semanas aparecen nuevos nombres "sobre la cuerda floja" que se ponen plazos para ganar. Es el caso de Miguel Angel Russo, que si Rosario Central perdía el partido pasado, probablemente se iba, (lo que va a ocurrir seguro si no gana el clásico), de Julio Cesar Falcioni en All Boys, o Ricardo Caruso Lombardi, que dijo que evaluará qué hacer después del partido del sábado ante Atlético Rafaela. Hasta Juan Antonio Pizzi fue cuestionado varias veces en esta gran campaña del Ciclón que se encuentra en el tercer lugar de la tabla de posiciones.

Esto es la consecuencia de malos manejos dirigenciales y falta de "proyectos futbolísticos", término que tanto se usa cuando asume un técnico pero que termina siendo menos fuerte que dos o tres partidos sin ganar. Un caso extremo es el de Merlo, ahora en Racing, pero que hace dos semanas fue técnico de Aldosivi por dos días. Y no se ve solo a nivel clubes, también es un déficit en la Selección Nacional, solo hay que recordar la era Batista, que duró al frente del equipo solo algunos meses, y que tras perder en la Copa América fue despedido.

Vivimos un una vorágine que se lleva puesta técnicos cada dos fechas. Son muy pocos los casos en los que un técnico logra quedarse mucho tiempo en un club, Gustavo Alfaro, Ricardo Zielinzky y Ricardo Gareca son casi los únicos. Esperemos, por el bien de nuestro fútbol, que esto cambie, aunque todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad.

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