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La ilusión que los hinchas de Argentinos Juniors tenían desde que su ídolo se fue, por fin se hizo realidad y Borghi volvió a la dirección técnica. Un tipo made in La Paternal, que pregona el estilo de juego que la gente desea y llega al Bicho para devolverle la ilusión a los hinchas, ya que además, volvió otro hijo pródigo de la casa: Leo Pisculichi

Cuando dos piezas encajan a la perfección no hay nada que hacer. Esa es la historia del Bichi Borghi y Argentinos Juniors. Los hinchas se enamoraron desde siempre de su estilo de jugador y de técnico. Él encontró siempre en el club la tranquilidad para trabajar, y hasta éxitos deportivos.

Probablemente, el Bichisea el máximo ídolo de toda la historia de la institución. Y no es para menos: fue una de las tantas apariciones de las divisiones inferiores de los 80' que revolucionaron el fútbol argentino. Como jugador ganó 2 torneos locales, y 2 internacionales, mientras que en su único ciclo como DT, el equipo gritó campeón tras 25 años. Sí, Argentinos ganó 5 torneos, y él fue partícipe fundamental en la obtención de todos ellos. 

Hace algunos años, a un grupo de hinchas se le ocurrió la idea de hacerle un mural en una pared ubicada en la esquina de la cancha. Fueron juntando dinero y ganas, hasta que el sueño se hizo realidad, y el año pasado fue inaugurada la “Esquina Bichi Borghi”, con la inscripción “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón.”


Cada vez que el club necesita un nuevo técnico, su nombre es el primero en sonar, y siempre, ya rutinariamente, es el primer llamado. Pero también el primero en ser descartado. Quizás no le gustaban los equipos, o no quería perder la gloria, pero lo cierto es que nunca aceptaba. Este año, cuando todo parecía encaminado a Sergio Batista o Pepe Romero, el genio lo empezó a pensar. Instantáneamente, se paró toda negociación y La Paternal esperó dos semanas paralizada la respuesta de su ídolo. Hasta organizaron un banderazo en el Estadio Diego Armando Maradona, donde bajo un sol muy intenso se juntaron cientos de personas a cantar e ilusionarse juntos. “Ya se acerca noche buena, ya se acerca navidad, queremos que vuelva el Bichi, al barrio La Paternal”. Que sí, que no, que la familia. Finalmente, como todos esperaban, aceptó la propuesta.

Desde ese pibe intrépido que tiraba rabonas por todas las canchas del fútbol argentino a este señor, con apariencia reacia, pasaron muchos años. En el medio fue campeón del mundo con la selección Argentina, jugó en el Milan, en River, ganó todo como técnico en Colo Colo, tuvo fracasos en Boca y en la selección de Chile, pero poco le importa esto al hincha de Argentinos. Desde hace muchos años, los técnicos del “Tifón” fueron tipos ajenos a la casa, que venían con ideas de otros clubes, y nunca se pudieron adaptar bien: Schurrer, Astrada, Gorosito, Troglio, son algunos de los ejemplos. Con el Bichi nadie se asegura que nuevamente saldrán campeones o que sí o sí zafarán del descenso, pero están seguros que les devolverá la identidad de juego que los caracterizó hace muchos años, que aún se ve en las inferiores, pero que hace tiempo no se refleja en la primera división: la de atacar constantemente, jugando la pelota por abajo y nunca, pero nunca, salir a empatar un partido. Por las redes sociales circuló mucho la frase “La B o la gloria: pero morimos con la nuestra”. Eso siente el hincha, Borghi es “la nuestra”, representa su identidad y está forjado con su ADN.

Foto de @fotosdelbicho
Si la alegría y la ilusión por la vuelta del Bichi era increíble, cuando se concretó el retorno de Pisculichi, fue una cosa de otro mundo. Golosina, quien se había ido del club hace 8 años, decidió que por fin era el momento de volver al lugar que lo vio nacer y donde ya la rompió. A pesar del amor que le tienen los hinchas, su estado tanto físico como futbolístico era una incógnita, pero en el entrenamiento del sábado en el estadio, al tocar por primera vez la pelota alejó todos los fantasmas y dejó en claro que es el de antes: un golazo al ángulo fue la frutilla del postre

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