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En el Parque de los Príncipes, el PSG de Zlatan Ibrahimovic se enfrentó contra el Lille de un desconocido para muchos, Río Antonio Mavuba, el capitán. Durante el transcurso del partido el sueco lo provocó y Mavuba reaccionó. Se le plantó de frente a Zlatan y le puso una mano en la cara que difícilmente olvide. A pesar de ser 30 centímetros más bajo que el goleador, el jugador nacionalizado francés demostró que lo tiene miedo a nada, y eso no sorprende, ya que tuvo una vida llena de dificultades y traumas.


Para hablar del actual jugador del Lille, hay que conocer primero a sus padres. Su progenitor, Ricky Mavuba, fue también futbolista y uno de los más queridos por su tierra. Ricky, zaireño de nacimiento (hoy Congo), logró junto a su equipo la clasificación para el mundial de Alemania 1974, toda una hazaña para un país que parecía no conocer demasiado el deporte (una famosa escena del mundial se dio cuando en un tiro libre a favor del rival un jugador de Zaire pateo la pelota antes que los rivales, desconociendo totalmente el reglamento). En el Mundial, Zaire se fue derrotado en todos los encuentros, pero poco importaba esto para los fanáticos. Además se consagró en dos oportunidades como campeón de la Copa África. Una carrera nada despreciable.

Luego, el fútbol lo llevó a Angola, donde tras estallar una sangrienta guerra civil decidió huir junto a su esposa en un bote con destino a Francia. En medio de ese viaje, un 8 de marzo de 1984, nació Antonio. El nacimiento se produjo en las costas de Luanda, aun lejos del destino final. Por ello, luego su madre le agrego el nombre Río a pesar de haber nacido en el mar. "No sé en qué mar", dice él. 

Así, sin nacionalidad real, llegó Antonio Río Mavuba a Francia junto a sus padres. En una aventura por conseguir una mejor calidad de vida, sus padres fallecieron en el intento. Él siguió como pudo, como se lo permitían su falta de dinero y de documentos. Fue allí cuando junto a sus 10 hermanos, conoció a una mujer que se ganaba la vida limpiando casas y lo criaría hasta su adultez.

En el fútbol se destacó desde niño. Comenzó su carrera en el Girondins de Bourdeaux, donde sus buenas actuaciones suscitaron el interés de las selecciones juveniles de Francia y del Congo. Mavuba se decantó por el conjunto galo, lo que facilitó sus trámites para conseguir la nacionalidad. Tiempo más tarde, a los 20 años de edad, debutaría en la mayor de la mano de Raymond Domenech.

Su carrera siguió en Bourdeaux hasta 2007, cuando mudó su despliegue a España para militar en las filas del Villarreal -que pago por él 8 millones de euros- dirigido por Manuel Pellegrini. Apenas estuvo allí un año, ya que sin lugar en el primer equipo del Submarino decidió volver a Francia, para jugar con el humilde Lille, con el que consiguió consagrarse en la Ligue 1 en la temporada 2010/2011, devolviendo así los 7,5 millones de euros que los franceses habían pagado por el.

Hoy es el indiscutido capitán del equipo, pero jamás se olvida de su pasado. El 23 de abril de 2009 abrió la Fundación Río Antonio Mavuba, "Huérfanos de Makala", un orfanato para más de 30 chicos de un barrio de Kinshasa, en la República Democrática del Congo. La sede es un edificio donde vivía su padre, Ricky. Una ampliación del orfanato se completó hace un par de meses. Todo, costeado desde el bolsillo del futbolista. 

Para otros jugadores, sería una locura 'plantarse' ante Zlatan. Para él, que nació en el mar y vio morir a sus padres, el sentido del peligro tiene otros tintes. 


Emiliano Granja

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