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El nivel del fútbol argentino ha ido decreciendo en los últimos años, sin embargo hay equipos que se mantienen por encima de la media general. Uno de ellos es el Lanús de los hermanos Barros Schelotto, flamante campeón de la Copa Sudamericana.


Protagonista de los dos últimos campeonatos, en el actual Torneo Inicial también se anota. De hecho, se ha preparado durante el mercado para ello. Pero la realidad indica que en la última temporada no supo mantenerse, aunque el equipo demostró ir de menor a mayor. Pese a que en uno como en otro torneo –de los dos certámenes cortos que comprende un año futbolístico- arrancó con todo y de a poco se fue desinflando. Logró culminar en las primeras posiciones, y hoy vuelve a levantar su nivel.

Desde que en el banco está Guillermo Barros Schelotto, con su hermano Gustavo como ayudante, Lanús ha tenido una identidad clara. Un equipo serio, que sabe a lo que juega y tiene un estilo determinado y respetado en todas las canchas en las que ha jugado. La inexperiencia de su entrenador –es el primer club en el que dirige, tiene 40 años- fue quizá el factor por el cual todavía no había podido mantener el rendimiento continuamente.

Este torneo es el tercero que le toca dirigir en la institución “granate”. Lo tentó Boca, antes de contratar a Bianchi, dado que es un ídolo por la huella que dejó en ese club, pero respetó el contrato que aun está vigente y sigue en el mismo equipo. Sin ninguna práctica en otro lugar, asumió en el club del sur de la Provincia de Buenos Aires y lo hizo andar muy bien. Opacado un tanto por lo que fue el superlativo Newell’s de Gerardo Martino, la falla tal vez esté en el sprint final de la competición. Actualmente, obtiene un logro merecido por mantener un sistema y una ideología pese a que no se le daban los resultados.

De todas maneras, cabe desmenuzar el estilo de este director técnico, quién ha sabido ya imponer su libreto y utilizar un esquema bien definido. El 4-4-2 que ha utilizado en los dos últimos torneos lo ha modificado, aun con mucha variabilidad, a un 4-3-3 por las nuevas incorporaciones durante el libro de pases del invierno argento.

En esas idas y vueltas de las negociaciones, sumó a tres jugadores de Boca que no eran tenidos en cuenta, y son futbolistas de renombre. Uno de ellos es Lautaro Acosta, quién debutó en el club y partió pronto al Sevilla español en su momento, aunque desde que volvió a la Argentina no ha demostrado ser aquel veloz delantero que era muy desequilibrante. Hoy el club vuelve a confiar en él y espera recuperar a un jugador que, de volver a ser, puede jugar como extremo,  con mucha dinámica para este plantel en tres cuartos de cancha.

Otro  con el que se reforzó el equipo es Santiago Silva. El centro delantero que ha pasado por varios clubes argentinos y se ha ido a la Fiorentina italiana. No tuvo un gran paso y volvió en medio de un gran conflicto, aunque en el Xeneize no tuvo grandes rendimientos pese a que hizo bastantes goles. Lo sumó Lanús y ha sido muy importante, convirtiendo y haciendo de pivote de espaldas al arco con suma eficiencia.

Ambos delanteros formaron parte de los tres que fueron arriba en el once titular  que dispuso el DT. El que los acompañó es Lucas Melano, quién ha hecho un gran torneo en el último semestre jugando para Belgrano y ha marcado muchos goles. Es seguido por varios de Europa, y llegó para reemplazar a Silvio Romero, que se fue a Francia. Muchos lo apuntan como un velocista por su habilidad por banda.

Ellos fueron, mayoritariamente, los extremos y el 9 que estuvieron de arranque. Aunque en las gateras esperaron Ismael Blanco (muy bien como doble 9 en la final de Copa), otro atacante que pasó por Europa (AEK de Grecia, Legia de Varsovia y 1860 Munich), Cristian Chávez, que también pasó por Boca y que es más bien enlace aunque puede jugar como extremo con condiciones a cerrase para abrir el paso por el lateral, y Pereyra Díaz, otro extremo rápido que jugó la última temporada en Ferro, en el Nacional B. La aparición de los jóvenes Astina y Benítez también fue muy positiva.

En la mitad de cancha se vio a otro de los que no han tenido lugar en Boca y se fue a Lanús. Se trata de Leandro Somoza, un volante central de los más experimentados en la liga nacional. Se ganó el lugar como titular. La intención de consolidar a Diego González (notable evolución) en el centro del campo es un objetivo logrado de Barros Schelotto, más ante la ida de unos de sus jugadores estrella en la última campaña, Guido Pizarro: mediocampista de buen pie, ubicación y uno de los responsables en la creación de juego. Se ubicaba en la derecha o como doble 5, y ante su salida del club en la actualidad intenta ubicar a Jorge Ortiz(otra incorporación) como su remplazante, aunque también cuentan con el paraguayo Víctor Ayala, que también disputó un gran encuentro de vuelta ante Ponte Preta.

Precisamente Ortiz viene siendo uno de los volantes más destacados. No mucho en la recuperación, aunque sí en la distribución de juego desde su posición, y es muy ordenado en la cancha. Además como posibilidad en ese sector del campo puede jugar Fernando Barrientos, que tiene 22 años y ha vuelto de una prueba en el Villarreal B. La variabilidad en el medio ha sido constante, y todos lograron destacarse.

La mayoría de los centrocampistas tienen un amplio despliegue. Volantes box to box que pueden aparecer en el área propia para defender o en la contraria para definir. En la serie de Copa Sudamericana en la que pasaron a River se vio como nunca antes esta condición. Lanús es uno de los pocos equipos argentinos que cuenta con esta clase de volantes. González y Ortiz son los que mejor desarrollan esta función.

El estilo de este Lanús tiene que ver con una presión alta desde mitad de cancha en adelante. Desde los tres volantes y los delanteros, para ahogar al rival y quitarle opciones de pase. La metamorfosis del mediocampo es la base del cambio. De una línea de cuatro a una de tres hay diferencia, más que nada, con los movimientos a cubrir al buscar interceptar el balón en la medular. Lanús modificó para esta temporada la línea media aunque busca tener las mismas características, con el manejo y la adaptabilidad de los nuevos y del cambio sistemático.

Pero lo que sin duda diferencia a este equipo por sobre la media del fútbol argentino es el juego de posesión de pelota. Y esa tendencia la respeta y lo hace muy bien. No apuesta a la segunda jugada. Con desplazamientos marcados y respetados, la tenencia del balón sabe aprovecharla y es una de sus marcas registradas. Desde la zona defensiva que la idea tiene que ver con jugar al pase, al cambio de frente, y la mayoría de los jugadores dispone de gran precisión y buena técnica.

También ha levantado de gran forma el nivel de la zaga. Tiene a un defensor que transmite seguridad en el fondo. Ese central que aporta tranquilidad es Paolo Goltz, que además va muy bien de arriba y es un zaguero goleador. Su compañero, en posición de central por izquierda, Carlos Izquierdoz (también tuvo goles en el juego aéreo), tuvo un brillante rendimiento y entre ambos han formado una dupla en la alineación  que es de lo más destacable.

Las principales fallas se vieron sobre los laterales. Muchas veces tienen el carril libre para sumarse al ataque y esa es una de las características más importantes de Lanús, aunque la cobertura en la marca y en el retroceso no es eficiente en algunas jugadas puntuales y lo terminan pagando caro (no fue el caso de la final). En las primeras fechas del Inicial, lo aprovecharon sus rivales y, con dos hombres bien parados por las bandas, atacaban por sobre las espaldas de Araujo y Velázquez. De todas maneras, parece encontrar la manera para corregirlo.

En el arco no hay discusión alguna. Agustín Marchesín tuvo una evolución increíble. Un portero de mucha proyección, ya convocado a la Selección –antes de ciclo Sabella-. También está Esteban Andrada, de las juveniles Sub 20 del seleccionado. Ese puesto está cubierto, más allá de que ambos no tengan mucha experiencia. Son arqueros de grandes reflejos, seguros en las salidas y con buen estilo de saque con los pies.

Desde el momento en que asumió este cuerpo técnico, como ya expresé más arriba, este equipo ha sido protagonista de todos los torneos. En uno, ante el Vélez campeón, peleó hasta el final y varias jornadas previas al cierre las finalizó en la primera posición. En el Torneo Final, fue cayéndose y, después de comenzar en la cima, terminó tercero mientras el campeón fue el Newell’s del actual DT del Barcelona.

La inexperiencia pudo ser un factor fundamental para comenzar arrasando y finalizar sin gran nivel en el juego. Un aspecto que con el crecimiento y el paso de los años, un entrenador puede transformar y, sobre todo, mejorar. Tiene posibilidades en el torneo, y hoy se consagra en la Copa, siendo superior en general en toda la serie a un rival como Ponte Preta, que por su nivel puede llegar a disminuir los méritos del equipo argentino, aunque el título es totalmente justo.

Nicolás Galliari

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