Orden, eficiencia, organización; tan alemán que parecía perfecto. Siempre me viene a la mente un cuento muy antiguo. Llega un individuo a un burdel y le pregunta a la madame que chicas tenía disponible. La madame le pregunta: ¿le gustan las chicas rubias o morenas? Morenas responde el caballero. Pase ahí por la puerta de la derecha. El hombre pasa, y hay otra mujer que le pregunta: ¿Chicas altas o bajas? Más bien bajitas, asevera el cliente. Vaya por aquel pasillo. ¿Vestido largo o pantalones ajustados? Interroga otra señora. Y así cinco o seis veces. Al final, cruza la última puerta y se queda sorprendido porque está otra vez a la calle. Indignado, se da vuelta y se encuentra otra vez a la encargada, que le dice: Mire, le voy a ser sincero. Prostitutas, lo que se dice prostitutas, no hay, pero ¿vio que organización tremenda tenemos?
Este es el cuento que regresó solo a mi memoria cuando se ha confirmado casi con total seguridad -es más, jugador y representante están esperando para hacer el chequeo médico- el traspaso de Robert Lewandowski al Bayern Munich. Todos, en diferentes contextos, hemos alabado una y otra vez a la Bundesliga como un campeonato modelo. Entradas baratas, dinero para todos, trato correcto al aficionado, estadios siempre llenos, un producto perfectamente envuelto para uso y disfrute del público. El duelo Borussia-Bayern ha enardecido a los aficionados de toda Europa durante dos años maravillosos, y atrajo las miradas de todo el mundo a un campeonato que llevaba demasiado tiempo a la sombra de la Premier League y la Liga Española.
Sin embargo, en apenas seis meses, los pases de Mario Götze y Robert Lewandowski han cambiado completamente el panorama, y es de esperar que en los próximos tiempos el interés en el campeonato alemán descienda exponencialmente y vuelva a convertirlo, como ya ocurrió en otras épocas no demasiado lejanas, en una competición residual. Ya ha ocurrido en otras ocasiones que el Bayern descabece a sus rivales fichando a sus mejores jugadores, pero muy pocas veces se había enfrentado a un rival tan poderoso, y también pocas veces la decapitación del mismo se ha producido de modo tan “violento” y llamativo: abultada billetera y los dos mejores jugadores cambian de bando de la noche a la mañana. Si alguien conoce algún precedente reciente de esto, en alguna liga mayor, por favor me avisa.
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